Page 20 - Un Enfoque Multidisciplinario en Ciencia y Sociedad
P. 20
interacción muchas veces depende de la calidad de la producción” (p. 46) y es que es complejo
entender para el alumno que es lo necesario para desarrollar un mensaje competente en otra
lengua e incluso en aquella que rodea su entorno.
McCarthy (1999) considera la fluidez, precisión y un repertorio léxico-gramatical como
elementos suficientes para que el alumno pueda comunicarse, no obstante, el cuestionamiento
no es sobre la función de estos componentes lingüísticos dentro del desarrollo de la oralidad,
más bien es preciso cuestionar la metodología o técnica empleada para la mejora o enseñanza
de estas. La historia de la enseñanza de la competencia oral ha sido registrada desde hace
décadas. Kolb (1984), propuso un modelo de aprendizaje basado en la experiencia y la cual
dividió en cuatro etapas; la primera, llamada Experiencia concreta en la que el alumno utiliza
sus sentidos y emociones empleando conocimientos previos y relacionando con las funciones
que el programa de estudio emplea.
La segunda etapa es la Observación reflexiva en donde el profesor transfiere información
a los estudiantes, aquí se presentan estructuras lingüísticas y después el estudiante intenta
realizar reflexiones, es decir, se comienza a pensar y comprender cómo funciona esa lengua. En
la tercera etapa llamada Conceptualización abstracta los estudiantes asimilan la información
previamente presentada, comienzan a comprender el uso de la lengua y hacen generalizaciones
sobre ella. La última etapa es la Experimentación activa, periodo donde los aprendices ponen
en practicar lo previamente presentado, el docente ya enseñó lo suficiente para que el alumno
reconozca las diversas estructuras que componen una lengua.
Si bien el autor presenta un proceso en cierta medida detallado, no toma en cuenta diversos
elementos tales como la fluidez, la coherencia y, sobre todo, no se esboza la contextualización,
y es que tal y como se han planteado diversos autores mencionados con anterioridad, la
importancia al momento de desarrollar la competencia oral tiene como elemento principal que
el alumno reconozca qué y a quién va a dirigir su mensaje.
Es por lo que Bygate (1991) considera que los alumnos deben conocer las funciones de
la lengua, pero presentadas en situaciones y contextos claves y sencillos de reconocer para
que así ellos reconozcan cuáles son aquellas competencias lingüísticas que deben emplear;
por ejemplo, qué estructura gramatical se usa al aceptar una invitación, qué vocabulario se
emplea al saludar a un jefe o cómo dar los buenos días. El alumno desarrolla elementos como
la gramática, pronunciación y vocabulario mientras su competencia oral cumple con un efecto
comunicativo.
Por ello Ellis (2003) considera que la enseñanza del idioma inglés mediante tareas orales
no solamente influye en la mejora de la habilidad oral sino en gramática y vocabulario, el
autor afirma que tales actividades presentan resultados concretos pues detalla que este tipo
20

