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Vida Saludable y Promoción del Bienestar




                  Se siguen utilizando estereotipos tradicionales como: la utilización del cuerpo femenino perfecto; la

            imagen de la mujer con valor estético y/o sexual (la mujer no desempeña ninguna función, es simplemente

            un adorno o reclamo publicitario) y la imagen de la “superwoman”. La mujer ya no aparece como ama de

            casa, sino simplemente ociosa (Sánchez, 2002 citado en López, 2004).


                  Hacia la construcción de la publicidad, la Real Academia Española de la Lengua, considera publicidad


            la “divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores,
            usuarios, etc.” (Godoy, 2008). El aspecto simple de la palabra está asociado a la acción de compartir un


            mensaje que busca hacer pública alguna intencionalidad comunicativa (Otálora, 2012). La publicidad se
            encuentra entre los elementos más flexibles y adaptables de la comunicación del marketing (Russell & King,


            2005). Ya que la publicidad es uno de los pilares de la economía de los países capitalistas (Nieto, 2017) es la
            herramienta más usada por los comercios, los políticos, las empresas, los programas de televisión, y un sinfín


            de empleadores.


                  Se necesita un enfoque múltiple para poder definir a la publicidad (Martínez, 1993), pero, la mayoría

            de ellas se refiere a un medio para comunicar un mensaje ya sea de persuasión, político, religioso o publicitario.   155

            El pensar de la publicidad, como lo expresa Nieto (2017), es construir un discurso que lleve a la acción. Esta

            acción, si se trata de publicidad comercial, puede referirse a la compra; o si es publicidad política, un voto.

            Lo que busca la publicidad es que, con una imagen o una frase, penetrar en la mente del cliente.


                  Los  estereotipos  de  género  van  más  allá  de  la  categorización,  ya  que  incluso,  pueden  definir  las


            profesiones, acciones y ocupaciones de hombres y mujeres (Velandia-Morales & Rincón, 2014). La
            publicidad no crea estereotipos, solo los reproduce, fomenta y los convierte en aspiraciones para el público


            (Lobo & del Pino, 2009). Exponiendo esto, Velandia-Morales & Rincón (2014), dicen que en la publicidad
            las representaciones masculinas se asocian, principalmente, a características de competencia, mientras que


            las femeninas lo hacen con características de sociabilidad, calidez y comprensión. A su vez, Velandia & Rozo
            (2009), dicen que la publicidad se han detectado roles masculinos que les otorgan comportamientos como


            competitividad, heroísmo, beneficios materiales y roles públicos; y, a los roles femeninos, comportamientos
            relacionados con la familia, la amistad, la calidez, la comprensión y los roles privados.



                  Fernández, Bedía & Cerdá (2016), postulan que los medios de comunicación emiten mensajes que

            sexualizan y minimizan lo femenino. Muchas revistas de “contenido femenino” visualizan el cuerpo de la

            mujer como algo “imperfecto, frágil, poco fiable, incontrolado, sometido a irregularidades hormonales,
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