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Vida Saludable y Promoción del Bienestar
Es por ello, para esta investigación, se requiere identificar el impacto del lenguaje sexista y estereotipado
en la publicidad dirigida al público infantil, con la finalidad de detectar los roles sexistas que se propagan en
la publicidad. Clasificar los condicionantes que la publicidad les emite a los niños. E Identificar los aspectos
de la violencia simbólica en la publicidad infantil.
Hacia la construcción de los estereotipos sexistas, se vive en un mundo sexista. La sociedad mexicana
tiende a negar que su cultura es sexista, sin embargo, el concepto es un reflejo del contexto socio-histórico
en el que surge (López-Sáez, 2019).
Lenguaje sexista. desde su nacimiento, el español no ha sido una lengua sexista. Existen palabras para
denominar lo femenino y lo masculino. Lo que sí es sexista son las normas que la regulan (Leal, 2001). De
acuerdo con esto, Vila-Mitjà (1991) exponen que el lenguaje actual es producto de una sociedad patriarcal
y, por lo tanto, refleja actitudes que denigran y excluyen a las mujeres. Reafirmando lo anterior, Leal (2001)
declara que las normas que rigen al lenguaje fueron creadas por una sociedad jerarquizada por aquellos que
dominaban la realidad: los hombres. Existen tres agentes responsables del sexismo lingüístico: el hablante y
su contexto mental; el oyente y su contexto mental, y la lengua como sistema.
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El prejuicio sexista se denomina estereotipo. Cuando se menciona el término género, no se habla
ni de hombres ni de mujeres, sino de la clasificación que los relaciona, los distribuye y jerarquiza. Es un
constructo sociocultural que no tiene relación con la naturaleza (Puente, 2005). Como lo hace notar
Castellanos (1997), el género es una realidad cultural, de modo que, el concepto varía tanto en tiempo,
como entre diferentes culturas y etnias.
El contexto de la publicidad sexista en la sociedad en la que se vive continúa siendo machista y
discriminatoria, lo que contribuye a la publicidad a explotar el estereotipo de la mujer como objeto sexual
(García, 2014). La publicidad representa un poderoso agente de socialización, así como un modelo de
aprendizaje. Las opiniones, las creencias y las actitudes en torno a los sexos, llegan a convertirse en realidades,
y/o en modelos por las que se rigen las mujeres y los hombres (López, 2004). La publicidad puede contribuir
a frenar o a propagar los roles sexistas. En numerosas ocasiones transmite roles que reproducen la desigualdad
y la cosificación de la mujer y muestra de forma reiterada una imagen de la mujer pasiva, dependiente,
despectiva, frívola, que adquiere la felicidad a través del consumo de cosas superfluas y cuyo objetivo es
complacer al hombre (García, 2014).