Page 253 - El Contexto de Emprendimiento, Economía, Responsabilidad Social, Innovación y Competitividad desde la Perspectiva Organizacional
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Prevalece una falta de correlación en la educación y los factores sociales. Los resultados resaltan la falta de
una cultura social desde la educación para facilitar la inclusión. Sin embargo, el factor legislativo rige las
condiciones que intentan disminuir la discriminación en los diferentes sectores estudiados.
Conclusiones
La práctica incluyente de personas en situación de discapacidad debe ser promovida desde un orden de es-
tado con igualdad y no con equidad política. Desde un enfoque de los derechos humanos la igualdad debe
alcanzar los espacios de contribución, formación y relación social (Materón, 2016). Desafortunadamente la
inserción laboral de personas con discapacidad, escudados en los derechos humanos, son bajo los criterios
de obtener beneficios gubernamentales. Pero esta acción lleva a una exclusión, por parte de los compañeros
de trabajo que no los apoyan por falta de cultura social y educación (Vásquez y Loayza, 2021).
Entonces, la honestidad de los empresarios en el sentido de contratación corresponde a un elemento po-
sible de resaltar. Aunado, a que la legislación pide por ley a los empleadores una cuota porcentual de los
trabajadores (Cendreno, 2017). Se convierte en un ciclo perverso y sin mediada. Asimismo, se destaca la
relación de la inclusión educativa con la inclusión laboral, porque afecta a las personas en situación de
discapacidad de igual manera. Con un ordenamiento jurídico que no es claro y una falta de regulación en
las políticas de fomento.
Se cumple el objetivo al resaltar que la inclusión se logra por una legislación coercitiva pero carente de una
educación y factores sociales que aporten.
En México, de acuerdo con el censo de población y vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI), el 4.9% de la población total del país cuenta con alguna discapacidad. En otras palabras,
existen más de 6 millones de personas con alguna discapacidad, pero el 96.6% son económicamente activos.
Con la estadística del censo es posible resaltar la pérdida del potencial de labor y de la misma manera, que
no tiene acceso a la educación (INEGI, 2020).
Con los estudios realizados por Levy et al. (2014), el aprendizaje y la educación resaltan como la base para
compensar los elementos de competitividad con personas en situación de discapacidad y disminuir el im-
pacto de la selección natural. Además de poner de manifiesto que el factor ambiental debe ser evaluado por
personas con algún tipo de discapacidad.
Al definir la discapacidad confluyen varias dimensiones como: la biológica, psíquica, sociales y culturales.
Estas dimensiones pueden representar una barrera en la igualdad, al compararse con la mayoría de las per-
sonas que dictan la normalidad. Puesto que un grupo social mayoritario de personas son las que dictan la
capacidad normal y califican la incapacidad. Con frecuencia resaltan las diferencias de acuerdo con criterios
preestablecidos y subjetivos del grupo. Así es como puede iniciar la segregación o exclusión de los grupos
sociales minoritarios, al tratarlos de diferente manera (Horta, 2010).
La Hipótesis no se cumple, dado que la inclusión se logra por los factores legales y no por una educación o
factores sociales.
Es posible dimensionar un factor social en dos componentes: dimensión sociodemográfica y dimensión de
diferencias del individuo. Se visualiza como un factor interpersonal. Cuyas dimensiones son: la influencia y
el intercambio sociales. Por último, una dimensión en la organización, con componentes de cultura, clima,
prácticas de RH y un componente social, con sus dimensiones cultura y economía.
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