Page 63 - Un Enfoque Multidisciplinario en Ciencia y Sociedad
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discurso coherente. Este autor destaca la importancia de establecer programas de enseñanza
que promuevan la lectoescritura en las primeras etapas educativas, pues ello influye en los
niveles posteriores.
El declive de la práctica lectora es un fenómeno que ha sido estudiado a nivel global. El
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2022) señala que en México, solo el 34.5
% de los jóvenes que han terminado la educación básica se consideran lectores. Este dato es
alarmante, ya que implica que un porcentaje significativo de estudiantes no está desarrollando
plenamente su comprensión lectora, lo que repercute negativamente en su rendimiento
académico. En 2018 Jiménez y Huérfano argumentaron que la falta de interés por la lectura
limita la capacidad de los estudiantes para elaborar textos complejos y bien estructurados, lo
que a su vez afecta su desempeño en diversas áreas del conocimiento.
Para Santos (2019), la implementación de programas de lectura en la educación media
superior es esencial para crear un hábito de lectura voluntaria. Este autor enfatiza la necesidad
de involucrar a los estudiantes en actividades que vayan más allá de la simple lectura de libros,
proponiendo que las estrategias incluyan ejercicios creativos que combinen lectura y escritura
para un mayor impacto educativo.
La metodología para la enseñanza de la lectoescritura debe enfocarse en estrategias que
no solo fomenten el hábito lector, sino que también motiven a los estudiantes a desarrollar su
creatividad y habilidades escriturales. En este sentido, Ayoví (2021) propone el uso de actividades
lúdicas y creativas, como la elaboración de cuentos o poemas, que permitan a los estudiantes
explorar su imaginación mientras refuerzan sus habilidades de lectoescritura. Este enfoque
resulta efectivo, ya que adapta la enseñanza a los intereses y estilos de aprendizaje de los
estudiantes, promoviendo una mayor participación y compromiso con la lectura y la escritura.
Además, la lectura y escritura como procesos integrados son esenciales para el desarrollo
del pensamiento crítico. Salinas (2020) subraya que la lectura permite a los estudiantes
conectarse con nuevos conceptos e ideas, mientras que la escritura les da la oportunidad de
reflexionar y articular sus pensamientos. Esto no solo enriquece su capacidad comunicativa,
sino que también fortalece su habilidad para analizar y sintetizar información compleja.
Por otra parte, la escritura, como componente fundamental de la lectoescritura, es vista
no solo como una habilidad técnica, sino también como un medio para el desarrollo personal y
social. Según Salinas (2020), la escritura permite a los estudiantes expresarse de manera más
profunda y reflexiva, lo que contribuye a la construcción de su identidad y a su integración en la
sociedad. Este proceso de escritura creativa puede ser enriquecido mediante la implementación
de talleres específicos, como el propuesto por Jumbo (2020), que combina la lectura de textos
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