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otras ITS tales como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), además de los efectos

              psicosociales  derivados de esto  (OPS,  2022).  Asimismo,  el embarazo  en la adolescencia

              si bien ha disminuido en los últimos 30 años, continúa siendo un problema que implica

              consecuencias en la salud de la adolescente gestante, así como repercusiones económicas y

              sociales (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2020).

                   Los adolescentes suelen presentar baja asertividad en el ámbito sexual (Forcada, 2013),

              esto debido a la falta de información, de entendimiento o desconocimiento acerca de temas

              relacionados con la sexualidad lo que incrementa el riesgo de embarazos no planeados, así

              como de adquirir ITS (Campo, 2009; González, 2009). Asimismo, durante esta etapa de la

              vida, la persona posee baja capacidad de discernir entre los actos y las consecuencias (OMS,

              2018a; Gimenez, Correché, y Rivarola, 2013).

                   Si bien el conocimiento es esencial en la prevención de las ITS y embarazos no planeados,

              acorde a ciertos estudios el conocimiento respecto a los métodos de protección por sí solo no

              es efectivo, y debe estar acompañado de otras motivaciones para el empleo de estos, tales

              como capacidad de negociar el uso (asertividad sexual), percepción  positiva del  condón

              masculino entre otras como la habilidad del uso de condón (Gayet, 2003; Moatti, 1993).

                   Evidenciando lo anterior se estima que cerca del 90% de los adolescentes de América

              Latina y el Caribe conocen al menos un método anticonceptivo, sin embargo, entre el 48

              y el 53% de los que son sexualmente activos nunca los han empleado o lo hacen de forma

              intermitente (40%) (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2002). De manera

              semejante, acorde al Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES, 2021), en México, el

              23% de los adolescentes entre 12 y 19 años de edad ya han iniciado su vida sexual para el

              momento de la encuesta, y la prevalencia de no uso de métodos de protección en la primera

              relación sexual fue del 33% de las mujeres y el 15% de los hombres.

                   Asimismo, en el estado de Sinaloa según los últimos datos reportados por la Encuesta

              Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2012), el 23.8 % de los adolescentes de 12 a 19

              años ya había iniciado su vida sexual, en el momento de la encuesta; de los cuales el 33.1%

              no empleó ningún método en su primera relación sexual y el 41.4% en la última ocasión.

              Aunado a ello, se reportan 12,044 casos notificados de adolescentes de 10 a 19 años con VIH,







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